lunes, 21 de mayo de 2012

Ebrio Amor


Puedo afirmar que la luna
desde allá afuera alumbra
a un ebrio enamorado
que compone desentonado
mil versos a su amada
que puede quedar algo alocada.
En su calle adueña incoherencia
pero algo queda de coherencia
pues al cielo a proyectado
que Dios ha quedado impresionado
de unas palabras tan sincera
por entregar la vida entera.
Aquí se detiene
y con gracia sostiene,
aunque el tiempo no lo asemeja:
que al niño no aleja,
porque la travesura es tan tierna
que siempre pilla a la morena.
Sus gritos dicen ¡basta!
pero bien que le encanta,
por eso no deja de creer
que la complice nunca lo deja de convencer.
Y nuevamente se detiene
y con frio sostiene:
que no desiste al polluelo
que se acurruca en su cuello
en busca de ese calor
que termina siempre en fervor.
Así que mejor feliz duerme
antes de que se me enferme
y al poco tiempo despierte
pensando que tiene suerte
de que a su lado amanece
la morena que lo enternece.

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